jueves, 25 de septiembre de 2014

Crónica San Mateos 2014. Logroño. 

Después de un año de la celebrada acogida que recibimos en Logroño hemos vuelto a pisar tierras Riojanas. Se cumplieron ampliamente las expectativas. 

Asaltamos a seis metros bajo tierra al fantástico productor Carlos Jean para invitarle a degustar nuestros "Rhythm & folks". Conseguimos levantar de la cama a Liz, una logroñesa con rasmia, que bajó a la calle a bailar y a escucharnos de cerca, además de escribirnos en Twitter una crítica muy buena pero sin pelos en la lengua. Y tocamos hasta que nos echó la policía, como anunciamos previamente, dando un toque de distinción a la noche puesto que nos botaron como si hubiésemos sido los mismísimos Jackson five. No está mal para ser las primeras horas en Logroño ¿eh?


El sábado tocamos a la hora del vermú pese a la amenaza de lluvia. Finalmente, llovió sin nubes. Un fenómeno aunque extraño se integró en el espectáculo a modo de “anti-pirotécnica”, se podría decir, con total normalidad. Los más pequeños tuvieron su momentazo. Como siempre más vivaces, atentos y para que nos vamos a engañar, tienen un swing espontáneo que les permite seguir nuestros ritmos 5/4 ó 7/8 con brío y desparpajo. Todo un alarde de naturalidad improvisada que iguala la perfección de la vida misma. Estos genios bajitos hicieron que tocáramos el repertorio una segunda vez, esta segunda casi en exclusiva para ellos. Agradecer a Ernesto en especial, un niño rubito lleno de mágica vitalidad,  por su integración en Birlibirloque e interactuar con nosotros devolviéndonos con creces nuestra transmisión de energía. Sus padres, como no podían ser de otra manera, un encanto también. Fue aquí, en el vermú, cuando pusimos a disposición de los más pequeños nuestra flota de ArgoNaves, para que se llevarán un recuerdo de Birlibirloque. Después del éxito de los palos del año pasado, este no podía ser menos. 


La tarde- noche se nos dio especialmente bien en Portales. Aquí culminamos nuestro ArteFactum. Comenzamos con lluvia, rayos, truenos y centellas. Ahora sí, la pirotecnia estaba servida. El espectáculo estaba servido. Ahora comenzaba a sonar "Desafinadamente sostenido". El auténtico Kazja Circus daba el pistoletazo de salida. Dominique y Guiberteau resbalaban por las cuerdas del violín y la guitarra respectivamente, mientras Peptka y Petrika chapoteaban en sus respectivos, percusión y efectos acústicos, y cajón. Cerrando la alineación Filipo con el dorso de la lengua con la parte posterior del velo del paladar dejaba pasar el aire para transmitir sus vibraciones uvulares hasta la glándula pineal del espectador más ajeno. 



Hay 30000 fibras nerviosas que transmiten al cerebro, mediante impulsos eléctricos, 1500 tonos o alturas y 325 grados de intensidad. Nosotros aquella noche los tocamos todos. Disfrutamos al máximo, la conexión con todos los que estuvisteis allí fue brutal. Gracias a todos por estar y compartir. Terminando la noche lanzamos al viento nuestra ArgoNave número 1, cual Apollo X, como símbolo de nuestro inició en esta andadura que se pierde en el horizonte. 

El domingo, después de ir de pinchos por Laurel, ¿cómo no? Era el principio del fin, salimos del tumulto para oxigenarnos en la ribera íbera, y a orillas del Ebro botamos nuestra ArgoNave número 2. Y al son birlibirloquiano del soniquete del batracio autómata dimos por concluida esta singladura mientras se perdía en la distancia el augurio más favorable hasta la fecha. 



Aunque siempre me gustó tocar para borrachos, por su indiscutible sinceridad, me quedo con los niños. Además bailan infinitamente mejor. Desde Birlibirloque, el niño que llevamos bajo nuestras pieles seguirá componiendo y tocando por y para ellos, confiando que conserven el niño dentro hasta el final de sus días. 

Gracias, una vez más.


BLQ, septiembre 2014